Ignacio Fuentes

Ignacio Fuentes
IGNACIO FUENTES

martes, 21 de diciembre de 2010

Hasta luego, no adiós.

La semana pasada empecé en un nuevo trabajo. Tal y como está el país, inmerso en una profunda crisis económica, ya es mucho ocupar el tiempo con una jornada laboral completa. El problema es que esa jornada es en un turno poco agradable, el de la noche, probablemente el horario más cansino para el cuerpo y la mente. De ahí que mi blog, algo que empecé con ganas e ilusión, haya sufrido una parada cardiorrespiratoria.
Llego a las ocho de la mañana de trabajar. Me levanto a las cuatro de la tarde, si tengo suerte. Tengo que ducharme, afeitarme, cocinar y comer. Se me hacen las seis. Ver a mi chica, a mis amigos y jugar a tennis son tres de las cosas prioritarias en mi vida. Con suerte, si consigo hacer alguna, ya son las diez de la noche, hora en la que tengo que pensar en dirigirme hacia mi trabajo. Escribir me gusta. Lo hago porque me divierte. Pero no tengo el tiempo que querría y me encuentro más cansado que de costumbre. Con todo esto quiero decir que ya no publicaré artículos diarios. Lo haré cuando pueda, cuando tenga ganas. No es un adiós, es un hasta luego.

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