Ignacio Fuentes

Ignacio Fuentes
IGNACIO FUENTES

lunes, 13 de febrero de 2012

Cristiano de 10.

Cristiano celebrando uno de sus tantos ayer ante el Levante.
Cristiano Ronaldo nunca había marcado al Levante. Ayer tenía la oportunidad de hacerlo. Y vaya si lo hizo. El portugués consiguió un hat trick y fue el mejor del encuentro. Un Cristiano de diez, que suma ya 27 tantos en lo que va de liga, y eso que solamente ha disputado 22 partidos. Con este promedio goleador el luso se podría ir a las 46 dianas y superar su registro de la temporada pasada, donde fue bota de oro al conseguir 41 goles. En la historia de la competición liguera la cifra actual de goles que lleva Ronaldo, 27, han bastado hasta en 47 ocasiones para alzarse con el pichichi a final de temporada. Un monstruo. A todo esto hay que sumarle que el fenómeno portugués ya no tiene esa ansiedad por marcar. Juega para el equipo, asiste, es compañero, y además marca. Esas nuevas cualidades en el astro madridista están haciendo de él un mejor jugador y están ayudando al Madrid a mantenerse en lo más alto de la liga, diez puntos por encima de su máximo rival, el F.C Bacrelona. Ahora sí que se puede hablar de mirar por el retrovisor y no ver nada detrás. Porque diez puntos son muchos, casi decisivos, y aunque todavía quedan muchos partidos por disputar, es una ventaja considerable para hacerla valer a final de temporada. Según los cálculos de Jose Mourinho, 39 puntos son suficientes para dejar la liga sentenciada. O lo que es lo mismo, trece victorias. El próximo sábado en el Bernabeu nueva oportunidad para dejar en doce la cuenta atrás. Este Madrid es más fuerte, más rápido, mejor. Este Madrid es de 10, aventaja en 10, y tiene a Cristiano...de 10.

lunes, 30 de enero de 2012

Nadal inmenso. Djokovic superlativo. Final histórica y para el recuerdo.

Domingo. Casi las cuatro de la tarde hora española. Hace escasos minutos que ha acabado la gran batalla librada por los dos gladiadores. Ambos, descompuestos, se abrazan sin fuerzas. Uno es el vencedor. El otro no es el vencido. Así como todas las luchas cuerpo a cuerpo tienen por final un ganador y un perdedor, esta ha destacado por ser una de las más igualadas de la historia, y aunque alguien tenga que alzarse con el triunfo, a los ojos del resto de humanos ha quedado patente que hoy ambos han salido victoriosos. En la entrega de trofeos, es tal el desgaste físico que ambos necesitan algo en que apoyarse, en que reclinarse, una silla resulta vital para acomodarse. Mientras uno piensa en lo cerca que ha tenido el título, con una pelota asequible para pasar a su oponente en la red y colocarse a un punto del cinco a dos en el último set; el otro suspira tranquilo, sabedor de lo cerca que ha estado de caer derrotado por uno de los mejores de todos los tiempos. Dos semidioses de carne y hueso han escrito de nuevo sus nombres en la historia viva del tenis. Rafael Nadal y Novak Djokovic, o lo que es lo mismo, Rafa el inmenso y Novak el superlativo.

Ocho y media de la mañana hora española. Faltan sesenta minutos para que de comienzo el partido más esperado del fin de semana: la final del Abierto de Australia que van a a disputar el español Rafa Nadal y el serbio Novak Djokovic. Es su trigésimo enfrentamiento como profesionales, y a pesar de que nuestro Rafa llega con tres victorias de ventaja, (16 a 13), Novak le ha ganado los seis últimos encuentros, todos ellos en finales. ¿Qué pasará por la mente de uno y otro?. Difícil adivinarlo. Por la cabeza de un servidor las dudas abundan. ¿Será Nadal capaz dominar los peloteos?; ¿Podrá meterse en la pista y atacar? ¿Cambiará las direcciones y utilizará más paralelos?. Esas y otras muchas preguntas inundan mi mente mientras el reloj se mueve lentamente. Sigo pensando que Djokovic es el tenista más completo del circuito y que va a dominar el ránking los próximos cuatro o cinco años. Sigo pensando que va a cosechar más grandes que Roger. Sus constantes ataques, su flexibilidad para llegar a pelotas imposibles y devolverlas al fondo de pista, la manera de variar las direcciones y ángulos, su revés. No tiene brechas. Y entre uno y otro pensamiento, por fin va a dar comienzo el match.
Nadal ha empezado muy concentrado, como es natural en él. Ataca con su derecha y lidera el set. Pero a pesar del buen juego que está demostrando, su rival está cometiendo demasiados errores no forzados. Después de sufrir más de lo esperado el balear se lleva la primera manga, pero me parece un espejismo porque Nole no ha jugado a su nivel habitual. En el comienzo del segundo set el número uno del mundo empieza con break, más atinado, dominando los peloteos y metido dentro de la pista. Así es difícil que se le escape el partido. Vuelvo a ver ese partido en el que uno ataca y el otro defiende tres o cuatro metro detrás de la linea de fondo. No me gusta. No es la manera de jugarle a Novak. Aunque Nadal intenta por todos los medios parar al serbio  este consigue el segundo y el tercer set. Mi mentalidad de ver el vaso más vacío que lleno cuando este se encuentra a la mitad de su capacidad predice que la final acabará en cuatro mangas.
Una manga muy pareja, con idas y venidas, con subidas y bajadas. Justo en el momento que parece que se va a acabar Nadal remonta un 0-40 para igualar el marcador, y en ese momento aparece la lluvia. El partido se para con el fin de cerrar del todo el techo retráctil de la Rod Laver Arena. A su vuelta la lucha continúa y con seis a seis se llega al tie break, donde nuestro deportista mas laureado remonta un 5-2 para llevarse el set. Tablas en el marcador.
El quinto y último set del encuentro ha dejado el listón del partido muy arriba. Si dos días atrás llegué a pensar que el duelo entre Murray y Djokovic sería uno de los mejores del presente año, queda claro que este lo va a  superar. Nadal arranca con ventaja merced a ser el primero en sacar. Un error de Djokovic con tres a dos  favorable a Nadal deja al balear con cuatro a dos y saque para casi sentenciar el triunfo. Y entonces el error más grave de todos. Rafa falla un passing fácil con su revés cuando tenía toda la pista para él. De meterlo se pone con 40-15, a un punto del cinco a dos. Pero al no poder acertar cede su servicio y el serbio iguala a cuatro. El español consigue reponerse al duro golpe y con esfuerzo y punto de break en contra logra   conservar su saque. Cinco a cuatro para él. Parece que esta vez sí es la oportunidad de Nadal para derrotar a su bestia negra. O parecía. Nole vuelve a jugar un tenis de otra galaxia y punto a punto mina la confianza y la fuerza de su rival. Se lleva los tres siguientes juegos y logra llevarse el duelo de titanes. Séptima final consecutiva que le gana a Nadal.

martes, 24 de enero de 2012

¿Quién ganará el primer Grand Slam?

No podía haber empezado de mejor forma el primer título realmente importante de la temporada tenística, el Abierto de Australia. Roger Federer y Rafa Nadal ya están en semifinales donde se enfrentarán por vigésimo séptima vez en su carrera deportiva. El balance es favorable al de Manacor, que ha cosechado 17 victorias, por 9 del suizo. Por el otro lado del cuadro sólo resta saber si Djokovic y Murray imponen la ley del más fuerte y doblegan a sus respectivos rivales, David Ferrer y Kei Nishikori, para disputar la otra semifinal. De ser así, cosa más que presumible, los cuatro jinetes del apocalipsis se jugarían el primer Grand Slam del año.
Pero, ¿Quién de ellos tiene más opciones de adjudicarse el torneo?

  1. Djokovic: Es el número uno y favorito para revalidar el título. Su velocidad de bola es superior a la del resto, falla poco, está sirviendo mejor que en anteriores ocasiones y se le ve con el mismo hambre que la pasada temporada. Por si fuera poco, en los partidos importantes y cuanto mejor rival tiene enfrente se crece y sube su nivel.
  2. Federer: El actual número tres y mejor jugador de la historia de este deporte ha iniciado el año tal y como lo acabó, en óptimas condiciones. Junto con Murray es el único jugador que no ha cedido ni un solo set en todo el torneo y está demostrando que los años no le pasan factura. A pesar de tener que batallar contra su bestia negra en semis, es el único que puede ganar a Djokovic en estos momentos. 
  3. Nadal: El español ha demostrado que ha empezado fuerte el año. Las nuevas mejoras en su raqueta ya están surtiendo efecto y se le ve más agresivo con su derecha y su servicio. Todavía le falta meterse más dentro de la pista al golpearla pelota pero sin duda va a luchar como siempre hasta el final. Su mejor versión todavía está por llegar.
  4. Murray: Es el tapado de los cuatro. Llega sin ceder ni un solo set al igual que Roger, pero tampoco ha tenido a ningún rival de entidad para demostrar dónde está su techo. Este, dicen, puede ser su año, pero para ello tendrá que creer en sí mismo, sobretodo cuando juega contra los tres mejores del mundo. Tenis tiene de sobra para conseguirlo. 

Un milagro histórico.

Los milagros ocurren muy de vez en cuando, normalmente en el momento que menos se esperan. Pero si llegan, llenan de alegría a aquellos que lo consiguen. Ayer, en el minuto 92 de partido, el Mirandés, equipo de segunda B, logró un gol de aquellos que hacen historia. Y nunca mejor dicho. Es la segunda vez que un equipo de Segunda división B consigue el pase a unas semifinales de la copa del Rey. El conjunto local desperdició una gran oportunidad de encarrilar la eliminatoria el pasado martes en Cornella-El Prat dejándose remontar dos goles en tan solo cinco minutos. Anoche, el conjunto del Ebro le devolvió al Espanyol la jugada, y noqueó a los blanquiazules de la copa cuando más duele, en el último suspiro. Los burgaleses merecieron pasar por la entrega, el esfuerzo, el coraje y la valentía demostrada pese a encajar un gol en los primeros minutos de la segunda mitad. No se vinieron abajo, más bien todo lo contrario. Desplegaron su mejor fútbol cuando más lo necesitaron y cuando más cuesta arriba se les había puesto el marcador. Pouso, su entrenador, movió ficha después del tanto visitante, arriesgó, y tanto él como su equipo obtuvieron la recompensa de los campeones. Por su parte el Espanyol, que no cuajó un buen partido, se llevó la desilusión del que se ve ganador antes de cruzar la meta, del que es líder en una carrera de fondo y tropieza en el último suspiro. Los de Pochettino tendrán que pensar en lo único que les queda, la liga. La copa es agua pasada y atrás quedan otros pequeños  milagros, como el gol de Álvaro Vázquez en el minuto 88 contra el Córdoba o  los tres goles de la remontada contra el Mirandés. Tampoco valen las excusas, tales como las bajas por lesión, o la falta de delanteros. Si el objetivo no se ha logrado es porque el equipo rival ha sido mejor en todas las facetas. Y porque ni con el árbitro en contra en la ida, ni con un presupuesto mucho menor se han dejado doblegar. 
Felicidades al Mirandés por hacer al fútbol un deporte tan grande. Y que disfruten de las semifinales y de su sueño de poder estar en una final. 

viernes, 13 de enero de 2012

El nuevo Tamudo da una lección de fútbol y deja al Espanyol en cuartos.


 Álvaro Vázquez, o Alvarito, como le llaman los   aficionados fue el héroe de la noche.El joven delantero  de la cantera perica dio una clase magistral de cómo se tiene que jugar a este deporte el pasado miércoles en el estadio de Cornellá. Tres de los cuatro goles fueron obra suya y con el último de ellos, una genialidad marca de la casa, el Espanyol consiguió el pase a cuartos de final de la copa, donde espera el Mirandés, equipo de la Segunda División B. Esta última semana ha sido mágica para él. Primero fue el Barça quien probó su medicina el pasado domingo. Faltaban menos de cinco minutos para que finalizara el derbi y Alvarito puso la cabeza para rematar el balón y dar el empate contra el eterno rival y mejor equipo del mundo. Tres días después en el partido más importante de la temporada para los blanquiazaules ahí estuvo de nuevo la perla españolista. Corría el minuto 88 de partido y su equipo ganaba por tres goles a dos, resultado que les dejaba fuera de la copa. Entonces ocurrió. Un pase en profundidad llegó a sus botas y se inventó una genial vaselina por encima del portero que entró, no sin suspense, e hizo estallar de júbilo a los más de 20000 aficionados que se acercaron esa noche al estadio. "Ávalro, Álvaro" corearon en la Curva Joven tras el pitido final. Y él, cogió el balón y se llevó a casa, fruto de los tres goles que había metido en los 90 minutos reglamentarios. Pero se llevó más que un balón. Se llevó el crédito de un gran sector de la afición que temía porque no fuera el delantero que todos esperaban. Al principio de la temporada tuvo muchas oportunidades para marcar, pero la suerte no le sonrió. A estas alturas de campaña ya nadie duda de su calidad, de su entrega, de su coraje, y de su puntería, y para muchos ya es "el nuevo Tamudo". Ojalá lo sea, no lo vendan y se mantenga al frente del equipo durante muchos años. Eso sí. Que no salga por la puerta de atrás como lo están acostumbrados a hacer las vacas sagradas de este equipo.