Ignacio Fuentes

Ignacio Fuentes
IGNACIO FUENTES

domingo, 21 de agosto de 2011

Mourinho, cambiar o morir.

Que Jose Mourinho es un gran entrenador, quizá uno de los mejores del mundo lo sabemos todos. Fichó por el Madrid después de ganar el triplete con el Inter en una temporada exquisita y nadie discutía entonces su buen hacer como técnico. En su primera temporada al frente del club blanco consiguió ganar un título, aunque menor, y dio esperanzas al madridismo de que con él frenar la hegemonía del Barça era posible. Un año más tarde sigue siendo un gran entrenador, pero lamentablemente el camino por el que está llevando a sus jugadores no es el correcto, es un sendero de piedras, mientras que el eterno rival conduce tranquilo por carretera. El último episodio de la película protagonizada por él mismo, ha recibido duras críticas, y ya ni los más fieles seguidores de la casa blanca están de su parte. Ha manchado la imagen del mejor club de la historia del fútbol, y no es la primera vez que lo hace, pero si el portugués no cambia de una vez por todas su actitud, me temo que será la última, mucho cueste su despido. Jose, o cambias o...
En un acto de narcisismo, muy propio de su figura, no se le ocurrió otra cosa que convertirse de nuevo en el centro de atención, en el protagonista de la noche, en la portada de los diarios deportivos del mundo entero. Y ¿por qué?; para desviar la atención. Ya nadie habló de ese gran duelo que mantuvieron durante 90 minutos dos grandes equipos de fútbol, sólo se habló del dedo índice de Mou, ese mismo que debería levantar el manda más del Real Madrid para apuntar al portugués y despedirle de una vez por todas. Son muchas las que ha hecho, y sigue campando a sus anchas porque le han otorgado demasiado poder dentro de la cúpula, tanto, que puede hacer y deshacer cuanto se antoje oportuno. Si un día su equipo pierde, manda a su segundo a declarar ante los medios; si otro día vuelve a perder, mantiene una actitud de niño mal criado que no sabe digerir la derrota y monta una tangana monumental. Basta. Quien algo quiere algo le cuesta dicen, y si este señor quiere seguir al frente del Real Madrid, que lo demuestre con hechos, con un cambio de actitud rotundo, o que se marche para siempre. Entrenadores hay, y sino son tan buenos como él, al menos sabrán comportarse en un terreno de juego y fuera de él, y no dejarán la imagen del club manchada. 
¿Qué hay que hacer para frenar en seco esta alud de malas maneras?; ¿Deben los aficionados del Madrid hacer de indignados a las puertas del Bernabeu para que se de cuenta de la gravedad del asunto?; ¿Cuándo pedirá perdón, si es que lo hace?; y por último; ¿Se pondrá Florentino en el papel de jefe, de máximo mandatario del club para dar salida al embrollo?. El tiempo dirá, supongo. Ahora bien, si yo fuese Florentino, ya hubiera hablado con Mou y la charla se resumiría en una palabra: ultimátum. Mourinho, o cambias, o mueres. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario