Ignacio Fuentes

Ignacio Fuentes
IGNACIO FUENTES

domingo, 23 de octubre de 2011

Se despide uno de los grandes.

MARCO SIMONCELLI (1987-2011)
Ayer domingo 23 de octubre se produjo una trágica noticia en el mundo del deporte y más concretamente en el mundo del motor: el piloto italiano de 24 años Marco Simoncelli falleció horas más tarde de verse envuelto en un grave accidente en el circuito de Sepang, en Malasia, precisamente en el mismo lugar donde tres años atrás se proclamaba campeón del mundo de la cilindrada media. El deporte está hoy de luto, y llora la pérdida de uno de los grandes, tanto en la pista, como fuera de ella.
El deporte de riesgo tiene estas cosas, los profesionales se la juegan en cada entreno, en cada carrera, y lamentablemente los aficionados no nos damos cuenta del peligro que corren hasta que ocurren estas desgracias. Hace trece meses fallecía también en un accidente en carrera el piloto japonés Tomizawa, y antes que él fue Daijiro Kato. Jóvenes valientes encima de la moto, con mucho talento y que han muerto haciendo lo que llenaba sus vidas, por lo que luchaban día a día, por las dos ruedas. 
A Marco se le conocía como aquel chico agresivo en la pista, que solía hacer maniobras un tanto peligrosas. Sin ir más lejos esta temporada muchos de los pilotos del campeonato arremetieron contra él por la manera que tenía de pilotar. Tuvo encontronazos con Stoner y Lorenzo, y culpa suya fue que Dani Pedrosa se rompiera la clavícula hace unos meses. Los pilotos punteros de Moto GP se reunieron en más de una ocasión para hablar sobre Marco, para tratar de frenar la forma en que tenía de adelantar, que para ellos siempre había sido un tanto peligrosa. "Super Sic", como le conocían sus fans era agresivo sí, pero porque era un ganador nato. Encima de la moto lo daba todo, intentaba siempre ir muy rápido, y lo conseguía. ¿Quién no es agresivo cuando conduce a esas velocidades y se juega el honor, los puntos, ser el mejor de la cilindrada?. Él era el futuro de italia el las motos, el llamado a suplantar a su gran amigo Rossi. Era un piloto de diez, valiente como el que más. Y encima había aprendido de sus errores pasados, y llevaba unas cuantas carreras pilotando con más seguridad que nunca. ¿Por qué? por las constantes disputas que había tenido con los pilotos, para no buscarse enemigos en el paddock. Eso le hacía todavía más grande de lo que era, de lo que ha sido, un gran campeón.
Fuera de los trazados Marco era alegre, simpático, caballeroso. Con un sentido del humor enorme. Cuentan de él quienes le conocen que en las cenas de equipo no se podía ni comer, porque todos se tronchaban a carcajadas cuando el fenómeno de Católica contaba alguna de sus anécdotas. También cuentan que con los fans era un caballero. En el Gran Premio de Silverstone de este año, bajo la lluvia, el italiano se puso a firmar autógrafos a todo aquel que se lo pedía. Después de más de una hora bajo esa intensa agua "Sic" les dijo a los periodistas que tenía que hacerlo porque esos aficionados no le iban a ver hasta el 2012. Un superclase en todos los sentidos. Y ¿quién más se quedó ahí para firmar pudiendo ir al motorhome a descansar y escapar de la lluvia? Nadie, porque Marco era "tan duro en la pista como dulce en la vida". Descansa en paz Marco.

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