Ignacio Fuentes

Ignacio Fuentes
IGNACIO FUENTES

martes, 1 de marzo de 2011

La relajación excesiva del Espanyol aúpa al Mallorca hacia la victoria.

Suele ocurrir en la mayoría de deportes colectivos y también en los individuales. En fútbol, en baloncesto, en tenis o en motociclismo.  Hablo de la relajación. Eso que según el diccionario significa aflojar o hacer que algo esté menos tenso y que en alguna de sus acepciones significa también caer en vicios y malas costumbres. En unos aspectos de la vida ayuda. Un  ejemplo lo encontramos en el relax propio del fin de semana después de unos días de duro trabajo. A veces tomarse las cosas con calma puede ser positivo. Pero no en el deporte. Y menos en fútbol. Al Espanyol le ocurrió algo parecido hoy en su estadio, ese que sólo ha visto ganar a los grandes de esta liga: Barça, Madrid y Villareal. Ahora el Mallorca también puede decir que se ha llevado los tres puntos del fortín de Cornella-El Prat a merced de un conjunto blanquiazul que se tomó con mucha calma y relajación el partido cuando iba por delante en el marcador. Craso error. Quizá hubiera sido mejor que el Mallorca se hubiera adelantado en el minuto diez de partido cuando desde los once metros tuvo la gran oportunidad y Castro falló tras parar Kameni el esférico. Entonces, y con el miedo en el cuerpo de cada uno de los integrnates del once inicial españolista, se vieron los mejores momentos del conjunto que dirige Pochettino. Primero con un disparo de Callejón, de quien ahora dicen algunos medios que el Madrid quiere recuperar a final de temporada, que se fue al poste, y después con el primer gol del partido obra de Álvaro Vázquez a gran pase del anteriormente mencionado Callejón. Antes de finalizar la media parte los dos García, Sergio y Luís, malgastaron sendas oportunidades de encarrilar el choque, primero después de un contrataque y luego de falta directa. Con uno a cero se llegaba al descanso y al acabose perico. El Mallorca salió con más intensidad en la segunda mitad ante un Espanyol que quiso aguantar el marcador defendiendo. El equipo balear llegaba con peligro a la meta que defendía Kameni hasta que Webo empató a uno. Tras la relajación del Espanyol vinieron las prisas, nunca buenas consejeras, para intentar marcar y ganar el partido. Y entonces ocurrió. En una contra bien llevada por los bermellones Nsue remató a los blanquiazules. Tres puntos ganados merecidamente que se iban volando a las islas. Tres puntos perdidos que se escapaban inesperadamente de Cornellá. Le faltó tensión a los locales. Pecaron de verse ganadores antes de tiempo. Y sobretodo se relajaron en exceso.

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